Taormina es uno
de los centros turísticos internacionales más importantes de Sicilia, por sus
encantos naturales, sus bellezas marinas y sus monumentos históricos.
Un poco de historia
Tauromenion fue fundada en el 358 a.C. sobre el monte Tauro
por un grupo de griegos provenientes de la vecina Naxos, la colonia griega más
antigua de Sicilia. Para los romanos fue un importante centro, al cual dotaron
de una enorme cisterna para la provisión de agua. Durante el período árabe los
terrenos fueron bonificados y se realizaron sistemas de irrigación con técnicas
aún hoy en uso. Conquistada por los normandos y luego habitada en el período
aragonés por importantes familias feudales que la dotaron de espléndidos
palacios.
Después de algunos
siglos de decadencia, Taormina retomó su esplendor a partir del siglo XVIII,
cuando la ciudad se convirtió en meta turística de aristocráticos, artistas,
intelectuales y ricos mecenas nordeuropeos que difundieron su imagen por toda
Europa.
Recorriendo Taormina
La calle peatonal
de la ciudad es el corso Umberto I, que atraviesa la ciudad desde la Puerta
Catania (Sur) hasta la Puerta Messina (Norte) y forma parte del clásico paseo
turístico entre las boutiques de las mejores marcas italianas e internacionales,
iglesias, palacios históricos y plazas con espléndidos “balcones” al mar.
Nada mejor que un paseo en teleférico
La vista a bordo
de una cabina de funicular es insuperable. En pocos minutos es capaz de
transportarnos desde el centro de Taormina hasta el mar azul intenso de la
bahía de Mazzaró. El teleférico parte de la calle Pirandello, 3 minutos a pie
de la puerta Messina, y lo hace cada 15 minutos, a 3 euros el boleto. El
funicular funciona desde las 8:00 de la mañana hasta la 1:00 de la noche.