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Flora del Etna |
Los cronistas de
la antigüedad describían a Sicilia como una isla cubierta de bosques y
cultivos. Es probable que los daños producidos por talas y caza de animales ya
se sintieran en la época romana y luego, con mayor evidencia, durante el
feudalismo español.
Bosques de Sicilia
Actualmente quedan
pocos bosques en la isla. Sobre los montes peloritanos, el bosque de Malabotta,
con helechos, pinos y hayas. Son importantes también los bosques de los
Nebrodi, la Foresta Vecchia, la Serra del Re, Mistretta y Caronia.
En la provincia
de Palermo, cerca de la Rocca Busambra, se encuentra el bosque de la Ficuzza,
en el cual abundan los alcornoques. Sobre los montes Iblei está el bosque de San
Pietro, formado por hayas, alcornoques y pinos de Aleppo.
Muy especial es
el caso del Etna que, dada su altura y fertilidad producto de los suelos
volcánicos, posee una abundante y particular flora.
Vegetación no autóctona
Muchas de las
especies que se consideran típicas de Sicilia son de origen extranjera, como el
olivo, la vid, el almendro, el pistacho y la granada, que fueron introducidos
en la antigüedad desde el cercano oriente. Los árabes introdujeron el carrubo (algarrobo), el jazmín, el limón
y la naranja amarga. El resto de las naranjas, las mandarinas, los higos de
India y el ágave fueron incorporados por los españoles desde el oriente y desde
América después del siglo XVI.
Paralela a la
destrucción de la forestación ha sido la desaparición de los grandes mamíferos
de tipo europeo (ciervos, lobos, jabalíes, gamos y corzos) y de muchas aves.
Existen, en cambio, pequeños mamíferos como zorros, gatos salvajes, liebres,
comadrejas, erizos y puercoespines.
En las zonas
pantanosas cercanas a capo Passero hacen “escala” las aves migratorias
provenientes de África para luego dirigirse a otras regiones de Italia.
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