San Fratello,
pueblo de origen normando, en provincia de Messina, en el corazón boscoso de
los montes Nebrodi, es un pueblo extraño, en donde se habla una extraña lengua
(un verdadero idioma, originado de una combinación gálica-lombarda) y en un
modo, también extraño, casi carnavalesco, se recuerda la pasión de Cristo durante
la celebración de la Semana Santa.
Durante la Semana Santa, en San Fratello, se realiza una fiesta original y bizarra, única en Sicilia.
Mientras en las ciudades y pueblos de la isla la semana de la Pasión de Cristo
es dedicada a la reflexión y a las representaciones sacras, en San Fratello, el
miércoles comienza la celebración que alcanza su máximo esplendor el Viernes
Santo: la fiesta de los judíos.
Esta fiesta es la
representación de la alegría momentánea de los judíos por la condena y la
muerte de Jesús. Los judíos llevan vistosos y vivaces trajes: casacas amarillas
con arabescos, pantalones rojos o azules, calzado especial para saltar, gorro
rojo y una máscara de la cual sale una horrible lengua de cuero.
Los judíos
recorren las calles del pueblo agitando cadenas y sonando antiguas trompetas
militares. En los tres días de fiesta, los judíos tienen libre acceso en todos
lados: tocan, molestan y hacen chistes.
Las autoridades,
no solo religiosas, han intentado varias veces de “volverle la razón” a los
judíos, pero una fuerte tradición de 400 años siempre pudo más que los llamados
de atención y la dura mirada canónica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario