lunes, 31 de marzo de 2014

En Alcara Li Fusi, la fiesta del “Muzzuni”


Alcara Li Fusi
La fiesta del Muzzuni, una de las más antiguas de Italia, se realiza desde hace 2500 años en Alcara Li Fusi, sobre una cresta calcárea donde hasta no hace muchos años anidaron los últimos alimoches (ave rapaz) de Sicilia.
Muzzuna, en dialecto siciliano, significa “jarra sin cuello”. La fiesta, cuyo origen data del siglo IV-V a.C., se transformó con la llegada del cristianismo: el muzzuni, que simbolizaba en forma pagana una jarra llena de frutas, pasó a simbolizar la decapitación de Juan Bautista.

Alcara Li Fusi
Alcara Li Fusi, en la provincia de Messina, se encuentra sobre los montes Nebrodi, a 16 kilómetros de Sant’Agata di Militello y del mar. Se llega siguiendo el torrente Rosmarino, atravesando un pintoresco pueblo, que toma el nombre del curso de agua. Aquí la naturaleza es áspera, pero apta a las excursiones naturalistas. Es un lugar muy visitado por los ornitólogos dado que desde allí se puede admirar el vuelo de los cuervos imperiales, las águilas ratoneras y las ruidosas chovas, aves típicas de Sicilia.
Los últimos alimoches murieron envenenados por una sustancia tóxica utilizada para eliminar a las liebres.

La "muzzuna"
La fiesta del Muzzuni
Se realiza cada 24 de junio como un antiguo ritual propiciatorio de perenne fecundidad, no solo de la tierra, sino también de los hombres. Por su aspecto comunitario, la fiesta evidencia orígenes propios de la tragedia griega: es una kermés, con juegos y premios, durante la cual se montan una especie de altares, sobre los cuales se ponen los muzzuni que contienen cebada crecida sin luz, hecho que le permite obtener rápidamente una coloración dorada. Cada jarra está decorada con sedas y oros aportados por los habitantes del pueblo. Alrededor de los altares se exponen objetos artesanales, como los famosos pizzari, mantas hechas en telar.

El ritual de la cumparanza
Este ritual se lleva a cabo entre hombres y mujeres que se eligen y se hacen cumpari (lazo más fuerte que el fraterno). Los preelegidos se entrecruzan el dedo meñique como signo de unión y pronuncian las siguientes palabras: “pequeño dedito haz que nos amemos porque nos hicimos compadres, compadres somos y compadres seguiremos, solo la muerte nos separará”. El ritual de la comparanza se acompaña con baile y otros festejos.




jueves, 27 de marzo de 2014

La vuelta al Etna: los pueblos del volcán


El Etna constituye un ambiente definido, no solo desde el punto de vista morfológico, natural o paisajístico. A medida que uno se va acercando al volcán, muchas cosas comienzan a cambiar: el aspecto de las casas, los materiales de construcción y, sobre todo, el hombre. Es como si la cercanía con el Mongibello (la montaña), alcanzase también a modificar el alma.

Los pueblos que circundan al Etna, están todos comunicados entre sí y constituyen las etapas de un itinerario alternativo, aparte de la visita al volcán propiamente dicho.

El itinerario clásico comprende: Trecastagni, Zafferana Etnea, Milo, Fornazzo, Sant’Alfio, Piedimonte Etneo, Linguaglossa, Randazzo, Maletto, Bronte, Adrano, Biancavilla, Santa Maria di Licodia, Paternò y Misterbianco.

En Sant’ Alfio se encuentra el Castaño de los cien caballos, famoso por su longevidad y dimensiones. En el camino de Linguaglossa a Castiglione de Sicilia se pueden visitar las gargantas del río Alcántara, cavadas en la roca volcánica. Más adelante encontramos tres centros con importantes obras de arte: Randazzo, Adrano y Paternò.

Randazzo
Es el único centro Etneo que jamás ha sufrido daños por erupciones volcánicas y, por esto, conserva aún su fisonomía medieval. Sus habitantes pertenecen a tres grupos étnicos diferentes que hasta el siglo XVI hablaban en su lengua original: griego, latín y lombardo. Cada grupo tenía su iglesia, hecho que explica la igual importancia que tienen las tres iglesias principales de Randazzo: S. María, S. Nicolò y S. Martino.

Adrano y Paternò
En estos dos centros se pueden apreciar dos castillos normandos “cuadrados”. El de Adrano está en la plaza central y alberga el Museo arqueológico. El de Paternò se caracteriza por las ventanas ajimez que adornan sus paredes.

lunes, 24 de marzo de 2014

Una visita al centro histórico de Palermo: desde Piazza Vigliena a la catedral



Los Quattro Canti
El recorrido tradicional para conocer la zona central de Palermo comienza en la Piazza Vigliena, llamada los Quattro Canti, formada por la intersección de dos calles históricas: Maqueda y Cassaro (corso Vittorio Emanuele). Proyectados en el 1608 por el arquitecto romano Giulio Lasso, los Quattro Canti, representan una perfecta fusión de arquitectura y escultura.

A uno de los lados de la plaza se encuentra la iglesia de San Giuseppe dei Teatini, uno de los mayores ejemplos del barroco palermitano, con una esbelta cúpula y un interior con frescos y mármoles.

Atravesando la plaza Vigliena y siguiendo por la calle Vittorio Emanuele, sobre la izquierda, está la iglesia de San Mateo, otra muestra de barroco con una fastuosa fachada de mármol.
Sobre la calle Maqueda se asoma la plaza Pretoria, una de las más características de Palermo, ocupada casi íntegramente por la fuente Pretoria, un verdadero juego de estatuas y caídas de agua. Sobre la plaza es dominante la fachada del palacio Senatorio, hoy sede del municipio, de estilo tardo-renacentista cuyo interior conserva numerosas obras de arte.

Catedral de Palermo
Plaza Bellini
Detrás del palacio se emplaza la plaza Bellini, notable por las iglesias que la circundan: Santa Caterina; la Martorana (uno de los monumentos más bellos y antiguos de Palermo) con un interior lleno de mosaicos bizantinos; y San Cataldo, construida en el periodo normando (1160).
Además de las iglesias, también está el exconvento de los Teatini, hoy sede de la universidad.

Plaza Bologni
Esta plaza se abre sobre la calle Vittorio Emanuele, antiguo Cassaro de origen árabe que llevaba del mar al castillo y que por siglos fue la arteria principal de Palermo. Siguiendo siempre la misma calle en dirección a la catedral, se pasa por la iglesia San Salvador y el Colegio de los jesuitas, que hoy alberga la Biblioteca central de la región siciliana.

La catedral de Palermo
Surgida en época normanda en el lugar de una iglesia romana transformada en mezquita, la catedral fue, a través de los siglos, continuamente modificada y en la que quedan pocos elementos originales.


jueves, 20 de marzo de 2014

Pintura y escultura de Sicilia: obras y maestros sicilianos

Triunfo de la muerte. Palacio Sclafani, Palermo
Los primeros ejemplos de la actividad pictórica en la isla datan de épocas prehistóricas y corresponden a las pinturas rupestres de la Grotta dell’Addura (Palermo) y de la del Genovese(Levanzo)

Más moderna es la gran masa de material arqueológico constituida por esculturas, cerámicas y series numismáticas provenientes de las varias civilizaciones que han ido poblando Sicilia.
 
Para apreciar este material se pueden visitar los numerosos museos arqueológicos que existen en la isla (Palermo, Siracusa, Agrigento, Gela).
Durante la época normanda fueron de fundamental importancia los artesanos árabes y bizantinos que decoraron iglesias y palacios.

La pintura y escultura del Quattrocento y Cinquecento
Este es el periodo más floreciente de la pintura, de estilo gótico-catalán, representado por el Triunfo de la Muerte, en el palacio Sclafani (Palermo) y de las nuevas ideas del Renacimiento, llevadas adelante por Antonello da Messina, cuyas obras de arte se pueden ver en Messina, Palermo, Siracusa y Cefalú. Seguidores de Antonello fueron Antonio y Pietro De Saliba, Antonio Giuffré.
Formados también en el renacimiento fueron los escultores Francesco Laurana y Domenico Gagini. Este último fue quien dio inicio a la escuela que continuará durante todo el Cinquecento y cuyo principal exponente fue Antonello Gagini. Otros escultores de este periodo fueron G. Mazzola, Andrea Calamecca, Scipione di Guido y Camillo Camillani.

Escultura de Giacomo Serpotta, en Santa Zita, Palermo
Periodo del ‘600 en Sicilia
En el Seicento los dos mayores centros de la pintura siciliana fueron Messina y Palermo; en estos y en Siracusa trabajó Caravaggio, cuando se fugó de Roma. En Palermo, también durante este periodo, estuvo el flamenco Antonio van Dyck. Otros pintores sicilianos fueron Filippo Paladino y Pietro Novelli.

Periodo del ‘700 y ‘800 en la isla
El principal escultor siciliano de esta época fue Giacomo Serpotta, quien decoró los oratorios palermitanos de San Lorenzo, del Rosario y de S. Zita. Decoradores settecenteschi fueron Guglielmo Borremans y Vito d’Anna.
L pintura ottocentesca responde a la escuela napolitana y sus exponentes fueron Lo Jacono, Cortigiani y Pardo.


lunes, 17 de marzo de 2014

Flora y fauna de Sicilia


Flora del Etna
Una de las características típicas de Sicilia, que impacta al turista cuando se aleja de la costa, especialmente en el verano, es la sequedad y aridez del terreno. Es por esto que parece inconcebible que los antiguos hablaran de estas tierras como extremadamente fértiles y que las identificaran con figuras míticas como Ceres, Minerva, Diana, Dionisio; personajes representados con símbolos de la fertilidad, como el cereal, el olivo, bosques y vides.


Los cronistas de la antigüedad describían a Sicilia como una isla cubierta de bosques y cultivos. Es probable que los daños producidos por talas y caza de animales ya se sintieran en la época romana y luego, con mayor evidencia, durante el feudalismo español.

Bosques de Sicilia
Actualmente quedan pocos bosques en la isla. Sobre los montes peloritanos, el bosque de Malabotta, con helechos, pinos y hayas. Son importantes también los bosques de los Nebrodi, la Foresta Vecchia, la Serra del Re, Mistretta y Caronia.

En la provincia de Palermo, cerca de la Rocca Busambra, se encuentra el bosque de la Ficuzza, en el cual abundan los alcornoques. Sobre los montes Iblei está el bosque de San Pietro, formado por hayas, alcornoques y pinos de Aleppo.
Muy especial es el caso del Etna que, dada su altura y fertilidad producto de los suelos volcánicos, posee una abundante y particular flora.


Fauna de los montes Peloritanos
Vegetación no autóctona


Muchas de las especies que se consideran típicas de Sicilia son de origen extranjera, como el olivo, la vid, el almendro, el pistacho y la granada, que fueron introducidos en la antigüedad desde el cercano oriente. Los árabes introdujeron el carrubo (algarrobo), el jazmín, el limón y la naranja amarga. El resto de las naranjas, las mandarinas, los higos de India y el ágave fueron incorporados por los españoles desde el oriente y desde América después del siglo XVI.

Paralela a la destrucción de la forestación ha sido la desaparición de los grandes mamíferos de tipo europeo (ciervos, lobos, jabalíes, gamos y corzos) y de muchas aves. Existen, en cambio, pequeños mamíferos como zorros, gatos salvajes, liebres, comadrejas, erizos y puercoespines.

En las zonas pantanosas cercanas a capo Passero hacen “escala” las aves migratorias provenientes de África para luego dirigirse a otras regiones de Italia.


jueves, 13 de marzo de 2014

San Fratello: particular pueblo de la provincia de Messina


Caballo de San Fratello

San Fratello, en un tiempo llamado Apollonia, es un histórico pueblo de la provincia de Messina ubicado a 640 metros sobre los montes Nebrodi. Es conocido por sus caballos, tradiciones de Semana Santa y por constituir una isla lingüística.

El caballo sanfratellano
Este tipo de caballo vive en estado salvaje, en el bosque de los  montes Nebrodi. El sanfratellano es una raza equina ligada a la gente y a la historia del pueblo, San Fratello, del cual toma el nombre. Es una raza fuerte, robusta y resistente, de origen incierto. Algunos estudiosos dicen que desciende de caballos orientales importados por los árabes antes del siglo X, otros piensan que tiene un origen nórdico.

Los caballos están habituados a la presencia del hombre y se adaptan bien a las excursiones y al turismo ecuestre. Hace unos años fueron reconocidos como raza y cada mes de septiembre se realiza una tradicional muestra-concurso del caballo sanfratellano.

El dialecto de San Fratello
San Fratello también es conocido por su dialecto galo-itálico, que se aleja bastante de lo que es el dialecto siciliano. Este particular dialecto es el testimonio del paso de los colonos provenientes de Piamonte, Lombardía y Emilia, a través de los conquistadores normandos de Sicilia.

Semana Santa en San Fratello
En este periodo se realiza la Fiesta de los judíos (Festa dei Giudei), de origen pagana. Los judíos, personificados por los habitantes del pueblo, se visten con pintorescos trajes que no permiten ver sus rostros y recorren la ciudad con trombas para festejar la muerte de Jesús. La manifestación expresa la unión entre lo sacro y lo profano, una mezcla entre dolor y típicas fiestas de carnaval.


lunes, 10 de marzo de 2014

Visitar “i bagli” sicilianos



Etimológicamente la palabra baglio podría derivar del latín vallum (bastión) y del árabe bahal (recinto), o balarm (casa fortaleza) para indicar la construcción en defensa de los ataques corsarios. Aunque también del francés baille, con el significado de lugar cerrado, pero al descubierto; mientras en Inglaterra se transformó en bailey (muro externo de un castillo).

El historiador Gianni Morando, cuenta que el conde normando Manfredi Chiaramonte (siglo XIV) llamó fortificación a la construcción que había alrededor de su castillo de Chiaramonte, en provincia de Ragusa. En su lengua francesa lo denominó baille, transformándose en bagghiu (dialecto siciliano) y en el italiano baglio.

En efecto, el baglio era una empresa agrícola fortificada, en donde vivían campesinos y patrones en época de cosecha o recolección.
El baglio es la expresión de una organización geoeconómica ligada al feudo y al latifundio, es decir, a las grandes propiedades de tierra que aumentaban el rédito de las clases aristocráticas y de la burguesía.

Estructura del baglio
Es una construcción con muros sin aberturas hacia el exterior, a modo de protección. Todas las aberturas son hacia el interior, una especie de gran patio descubierto. El portón de ingreso permitía el acceso a los carros de transporte. Generalmente era de dos pisos; en la planta superior vivía el patrón con su familia y en la inferior, los campesinos.
Geográficamente se ubicaban cerca de cursos de agua y en posición dominante para controlar el territorio.

Hoy día se pueden visitar varios bagli en la zona de Trapani y Palermo, la mayoría transformados en agroturismos, hoteles o restaurantes.
En la antigua Lilybeo, hoy Marsala, hay numerosos bagli en donde se trabaja el vino dulce que toma el nombre de la ciudad (de marsa Allah, puerto de Dios). En Marsala también se puede visitar el baglio Anselmi, convertido en museo arqueológico. En la ruta a Agrigento se encuentra el baglio de Villafrati que ha sido transformado en un teatro con capacidad para 200 personas.