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Templo de Hércules |
El Valle de los
Templos constituye uno de los circuitos arqueológicos más interesantes de la
civilización griega en Sicilia. Declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad de
la UNESCO, permite admirar los restos de una ciudad estupenda que Pindaro
definió como “la más bella ciudad de los mortales”.
La ciudad fue
construida por los griegos en el siglo V a.C., destruida por los cartagineses
en el 406 a.C. y reconstruida por los romanos en el siglo I a.C., respetando el
estilo dórico original.
El recorrido
turístico comienza en el Templo de Eracle o Hércules, tal vez el más antiguo
del valle, del cual quedan en pie ocho columnas. Desde aquí se puede ver la
Tumba de Terone, impropiamente atribuida al tirano que llevó a Agrigento a la
victoria contra los cartagineses en el 480 a.C., que en realidad es un
monumento de la época romana construido para los soldados caídos en la segunda
guerra púnica.
Villa Aurea
Hoy sede de las
oficinas técnicas del parque, muestra en su entrada el busto del capitán inglés
Alexander Hardcastle, quien en 1921 visitó el Valle de los Templos para conocer
su patrimonio arqueológico. El capitán se enamoró del lugar y compró la villa,
dándole el nombre de Aurea. Hoy el jardín es rico en plantas exóticas y en su
interior se puede visitar la necrópolis paleocristiana. Desde aquí se tiene un
magnífico panorama del mar y de la ciudad de Agrigento.
Templo de la
Concordia
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Templo de la Concordia |
El templo debe su
nombre al historiador Tommaso Fazello (1490-1570), quien encontró una inscripción en latín, aunque
no se sabe con certeza a qué divinidad griega fuese dedicado el templo. En 597
fue transformado en basílica cristiana por el obispo Gregorio.
El interior y el
exterior del templo estaban recubiertos de yeso blanco con elementos
policromáticos. Las doce arcadas y las tumbas subterráneas se deben a la
transformación del templo en basílica cristina, gracias a las cuales el
edificio se encuentra en óptimo estado de conservación.
Templo de Júpiter
Fue construido en
el año 480 a.C. en honor a Zeus por prisioneros cartagineses derrotados por los
griegos en la batalla de Himera. Por sus dimensiones, 156 metros de largo por
56 de ancho, representa uno de los templos más grandes de la civilización
clásica. La característica de este templo es la de poseer grandes columnas
intercaladas con figuras gigantes, llamadas telamones.
En el valle se
encuentran restos de otros templos, como el de Castor, Polluce e Giunone;
además del jardín de la Kolimbreta, bien histórico natural y paisajístico.
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