jueves, 2 de enero de 2014

Ragalna, la terraza del Etna

Ragalna es un delicioso pueblo situado a 830 m de altura en la ladera este del volcán Etna. Sus orígenes datan de la época normanda: en 1136 el Señor de Paternò donó el monasterio benedictino de San León y algunas tierras, que hoy forman parte del territorio de Ragalna.
La historia moderna de este pueblo, de 3000 habitantes y a 35 Km. de Catania, comienza cuando se independizó de Paternò, en 1985. Hoy es un punto de atracción turística y por su estratégica posición geográfica es llamada la “terraza del Etna”.

En su extraordinario entorno natural es posible apreciar las pruebas del trabajo de los campesinos diseminadas por todo el territorio: los viejos “palmenti”, destinados a la producción de vino, las “cassude” de piedra lávica y tejas de terracota, las simples casitas rurales y los “pagghiari m’petra” inmersos en una naturaleza incontaminada y que evocan el estilo de vida de las poblaciones rurales del macizo etneo.

Manzana "cola"
La agricultura
El territorio de Ragalna es cultivado gracias a los fértiles terrenos volcánicos que producen frutos intensamente sabrosos: aceitunas, manzanas y peras; los cuales representan la fuerza económica del pueblo. Son varias las variedades de manzanas, entre ellas la cola, y de peras, como la spinella, que se consumen cocidas al horno y acarameladas; así como la uva “nsolia” de racimos pequeños, rosados y con sabor que asemeja a la frutilla.
Pera "spinella"


Durante la dominación griega los bosques de Ragalna proveyeron la leña para la construcción de las naves de guerra. Se supone que desde aquella época remota las zonas montañosas eran habitadas por familias cuya actividad económica consistía en la cultivación de árboles frutales, olivos y vides.






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