Una señorial
torre, alta y cuadrada se alza sobre un promontorio rocoso que domina el valle
del Simeto. El castillo normando fue edificado por Ruggero d’Altavilla en el
año 1072 y tenía como función defender la llanura del Simeto durante la
conquista cristiana de la isla. Desde aquí los normandos mantuvieron por
treinta años el control del territorio hasta la derrota de los musulmanes.
La torre, con sus
tres niveles y 34 metros de altura, recuerda el típico torreón normando (habitualmente
la torre más alta de un castillo), muy difundido en Francia e Inglaterra.
El castillo de Paternò, junto con los de Motta y Adrano, también normandos, forma el llamado
triángulo del Simeto.
Su buen estado de
conservación permite visitar el interior: la gran sala de armas, la capilla y
la galería del último piso que se comunica con la terraza desde donde se puede
admirar un hermoso panorama a 360º. La capilla es una auténtica joya artística
que conserva frescos del siglo XIII.
La torre fue
habitada por el emperador Federico II de Suabia y las reinas Eleonora d’Angiò y
Blanca de Navarra. Desde el 1456 hasta el fin del feudalismo fue propiedad de
la familia Moncada y utilizada como prisión hasta el siglo XIX.
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