Teatro de Morgantina |
Las excavaciones
de Morgantina han dado luz a un pueblo antiquísimo, cuyos habitantes originales
se supone que hayan sido los morgeti,
un pueblo itálico que junto a los sículos o en períodos diferentes bajaron a la
Italia meridional en tiempos protohistóricos, dando el nombre a la ciudad.
Este sitio fue
descubierto en 1955 por un grupo de arqueólogos de la universidad de Princeton.
La ciudad sufrió
la influencia griega en el siglo VI a.C. y alcanza su máximo esplendor en el
período timoleonteo (del político griego Timoleonte, siglo III a.C.), para
transformarse, en el período romano en una de las tantas ciudades decumanus (calles que corrían de Este a
Oeste en las ciudades romanas), para desaparecer casi del todo en el año 30 a.C.
Los restos de
Morgantina
Hoy se pueden
visitar varios restos de la ciudad, como el Gymnasium,
que fue concebido tanto como lugar de encuentro como lugar para realizar
ejercicios físicos; el Bouleterion,
sede del senado ciudadano; la Fuente
pública, circundada por columnas dóricas; la Stoa, lugar donde se administraba la justicia y se realizaban las
reuniones cuando por inclemencias del tiempo era imposible hacerlas en la
plaza. En el Macellum, sede del
mercado romano, se “intuyen” los puestos, en cuyo centro hay una gran mesa de
piedra, sobre la cual se vendían los alimentos.
El ágora, con su escala trapezoidal es el
lugar más impactante de Morgantina. Otras estructuras interesantes son el granero, edificio con diversos ambientes
donde se almacenaba el grano; el horno,
utilizado para el cocimiento de la cerámica para uso doméstico y de ladrillos
para las construcciones edilicias. El teatro
está muy bien conservado, presenta seis cuñas con escalones para poder
presenciar los ritos que se llevaban a cabo en el Santuario, donde se veneraban
las diosas protectoras de la ciudad: Demetra y Kore.
En la zona
residencial se pueden visitar diversas casas, desde las más humildes hasta las
más suntuosas, entre ellas, la “casa del capitel
dórico”, famosa por la inscripción en mosaicos en la puerta de ingreso: EYEXEI (bienvenidos); la “casa Pappalardo”, nombre en honor a su
descubridor; y la “casa de la cisterna en
arco”, una de las más grandes y lujosas de Morgantina.
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