lunes, 6 de febrero de 2012

Plaza Armerina: recuperación de la “Villa del Casale”


Después de cuatro años de trabajos de restauración, desde abril de 2011 la Villa romana está abierta al público. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta suntuosa residencia fue construida entre los siglos III y IV d.C.
Con una superficie de 3.500 metros cuadrados, la “Villa romana del Casale” de Plaza Armerina, provincia de Enna, es uno de los testimonios más importantes que la civilización romana ha dejado en Sicilia.
Fue residencia de caza, tal vez del emperador Valerio Massimiano (llamado Herculeos Victor), quien junto con Diocleciano dirigían el Sacro Imperio Romano. Los mosaicos fueron realizados, muy probablemente, por africanos. A través de estos mosaicos se puede recorrer la historia del imperio con escenas de la vida cotidiana, la representación de los héroes y las divinidades, escenas de caza y de juegos. En época medieval la villa fue cubierta por un aluvión de fango y desaparecida de la memoria colectiva hasta las primeras excavaciones de Paolo Orsi en 1929.
 
                                                                                    Inicios de los trabajos de restauración
Del proyecto inicial de recuperación de 1950 se debieron replantear algunas soluciones, ya que los materiales y la tecnología de nuestros días han evolucionado enormemente. En los años ’60, con la euforia del descubrimiento del plástico, la Villa del Casale fue protegida de la erosión de los agentes atmosféricos con estructuras de hierro y techos de plástico. Con el pasar del tiempo se vio que de esta manera se opacaban y debilitaban los mosaicos. Se sustituyeron los paneles plásticos por vidrio y la Villa se transformó en un gran “vivero”; el calor y la luz excesiva, además de hacer el aire irrespirable, favorecían la germinación de plantas, hongos y algas y afloraban las sales que emblanquecían los mosaicos. Algunos trabajos con ceras y barnices transparentes, impedían al terreno respirar, provocando una acumulación de humedad y explosiones de “globos” que fracturaban las uniones de los mosaicos.


La restauración de los últimos años
La “misión imposible” de los restauradores de los últimos años consistió en remover de la superficie los estratos de limo no aún eliminados totalmente (desde el aluvión), repulir los mosaicos dañados por materiales agresivos, aplanar los “globos”, embeber el terreno con infiltraciones de sales y minerales y reconstruir los motivos ornamentales.
Gracias a las ciencias modernas, regresarán antiguas plantas, cuyo polen había sido aislado durante anteriores excavaciones arqueológicas. Un experimento de arqueobotánica que devolverá entre el verde de la Villa del Casale, flores de colores, inflorescencias y arbustos “transportados” del pasado.

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