Via Crociferi |
A pasos de la
Catedral y de la Plaza Central se encuentra la Vía Crociferi, la calle
barroca por excelencia, expresión de la influencia de las órdenes religiosas
del 700 (en 200 metros hay cuatro iglesias) y una de las más bellas de la
ciudad de Catania.
Después del
terremoto de 1693 el antiguo trazado fue radicalmente modificado por una
inigualable exhibición de fachadas y fantasiosas figuras.
Paseando por la calle Crociferi
El recorrido
comienza en el arco de San Benedetto, pasaje cubierto cuya tradición cuenta que
fue construido en una sola noche de 1704 para comunicar la iglesia de San
Benedetto y la Abadía Mayor a la Abadía Menor, todas dependencias del
monasterio de las monjas benedictinas.
La iglesia de San
Benedetto es uno de los lugares simbólicos
de la festividad religiosa de Catania: durante la celebración en honor a la
patrona de la ciudad, Santa Ágata, la procesión se congrega en la puerta de
esta iglesia para asistir al sugestivo canto de las monjas del convento.
Más adelante se
encuentran la iglesia de San Francisco Borgia y el antiguo Colegio de los
jesuitas (hoy sede del Instituto de Arte de Catania). El edificio fue famoso en
toda Sicilia como la residencia más hermosa de los jesuitas, con un amplio
patio, rodeado de galerías, dueño de un piso con un exclusivo diseño en piedra
lávica y calcárea.
Enfrente se
encuentra la iglesia de San Giuliano con una fachada convexa que sugiere la
organización octogonal del perímetro.
Después de pasar
la calle Sangiuliano, a la izquierda, se encuentra el Monasterio de los Padres
Crucíferos y al final de la calle se puede admirar el espléndido portón de la
entrada de la Villa Cerami (actualmente sede de la Facultad de Derecho).
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