Panarea, con 3,4
kilómetros es, además, la más antigua de las islas Eólicas y cuenta con un
archipiélago propio: Basiluzzo, Dattilo, Lisca Bianca, Bottaro, Lisca Nera,
Panarelli y Formiche.
En esta minúscula
porción de tierra se destaca una maciza colina, Punta del Corvo, que con 421
metros de altura regala un inigualable panorama.
Panarea es un
célebre rincón del Mediterráneo que acoge en cada verano huéspedes exclusivos
con sus yates que anclan en las aguas con todas las tonalidades de azul y un
río de gente que llena la diminuta pero encantadora playa. Esto sucede en
agosto.
El resto del año
la isla no es así de mundana; al contrario, es un lugar “de la mente”. No
existen los autos: por sus estrechas callejuelas solo pasan taxis eléctricos y
motos. La electricidad es un lujo reciente. Cuando aparecen las luces en las
ventanas y las pequeñas lámparas en los balcones hay que fiarse de ellas, las
únicas guías, porque las calles no
tienen iluminación.
Existen solo tres
centros poblados unidos por serpenteantes senderos de piedra en donde asoman
los pocos negocios del lugar. Ditella, al norte, es un puñado de casas en medio
de buganvillas, rosas, higos de la India y alcaparras; San Pietro, en donde se
encuentra el puerto y los pescadores alquilan las embarcaciones para visitar
las costas de la isla; y Drattuto, al sur, desde donde se llega a la graciosa
cala de los Zimmari, única playa del lugar.
Los habitantes de Panarea
La población
estable ronda las 300 personas; amables, cordiales y abiertas. Conviene
dirigirse a ellas para encontrar una alternativa de hotel: se alquilan hermosas
casas y quintas de típico estilo eólico.
Hay hoteles, como
el Raya, cuyos dueños llegaron a Panarea en 1959, convirtiendo su casa en un
lugar de encuentro de intelectuales y artistas de los años ’60. Hoy existen el
Raya Alto con departamentos escalonados sobre la colina; el Raya Bajo, más
pequeño y con una boutique en donde se pueden encontrar artesanías como batik
pintado a mano y variadas antigüedades; y el Raya Peppe María, en donde hay una
discoteca que abre a fines de julio, con una gran terraza desde donde se ven
Dattilo, Basiluzzo y Stromboli.
En la zona del
puerto hay otra terraza de estilo árabe que pertenece al bar del hotel Lisca
Bianca. Más arriba está la romántica trattoría
Da Adelina, con pocas mesas en la calle difusamente iluminada.
Cómo llegar a Panarea
A Panarea se
puede llegar con traghetti y alíscafos. La isla también cuenta con un servicio de helicópteros de la Air Panarea,
que con anticipada reserva, comunica aeropuertos del Sur de Italia con las
islas Eólicas.
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