Sobre el monte Eryx a 751 metros de altura, en una posición geográfica
excepcional, Erice mantiene intacto su aspecto medieval: desde las calles a los
muros de piedra que protegen los patios con flores en donde se desarrolla la
vida familiar, da sensación de estar inmerso en un pasado remoto. Entre un gris
y otro se descubren testimonios de una época, del barroco de un balcón al
gótico de la catedral, de la arquitectura normanda a las líneas del ‘400. Y
todo, con frecuencia, en una atmósfera envuelta por la niebla que completa un
encantador paisaje.
Erice, castillo de Vénere |
El panorama es fantástico desde cualquier ubicación: por un lado Trapani con sus salinas y las islas Egadi, más al sur, Marsala y la isla Pantelleria, y
si el día es claro se llega a ver hasta Cabo Bon en Túnez, el cual dista solo
170 km de Erice. Del otro lado el mar Tirreno con el golfo de Castellammare, la
costa que llega hasta San Vito lo Capo y más lejos la isla Ustica.
La planta urbana es de forma triangular, delimitada en el oeste por una
muralla interrumpida por torreones y tres puertas normandas: Spada, del Carmine
y Trapani.
Al sudeste de la ciudad se encuentra el bellísimo jardín del Balio, dentro
del cual está el castillo Pepoli, construido en época normanda y modificado
varias veces hasta convertirlo en villa.
Pero el castillo más importante es el de Vénere: una típica fortaleza
medieval construida en el lugar en donde debería estar el santuario de Venere Ericina.
Erice posee más de 60 iglesias, algunas de las cuales son monumentos
arquitectónicas y otras testimonio histórico como las iglesias de San Martino,
San Cataldo, San Giuliano y San Giovanni Battista.
La iglesia de San Giuliano fue construida por los normandos en el año 1000
y transformada en el siglo XVII. Presenta una particular fachada de piedra y
hoy funciona como centro cultural.
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