En 1778 el
parlamento siciliano financió la creación de una red de carreteras en Sicilia.
Hasta entonces, los caminos eran de tierra y sinuosos. En 1830 el gobierno de los Borbones e inversiones extranjeras, principalmente británicas, sentaron las
bases del sistema de carreteras modernas.
Por motivos no
solo económicos, sino también militares, se trazó el primer camino que
comunicaba Palermo con Catania, pasando por Enna. Eran caminos de surcos
profundos, ríspidas subidas y curvas en codo, sujetos a frecuentes derrumbes y
llenos de pozos. Los comerciantes sicilianos comenzaron a montar en sus carros
ruedas mucho más grandes que permitían superar los obstáculos más fácilmente.
Es así que la carreta siciliana comienza su historia como medio de transporte.
Desde aquel momento, viajantes de paso contaban sus formas y diseños,
definiéndolos como verdaderas obras de arte.
Características de la carreta
siciliana
Originariamente
eran de un solo color, generalmente amarillo pues era el más usado para
proteger la madera.
Los carros eran
un importante instrumento de trabajo para los vendedores ambulantes que, para
atraer la atención de los potenciales clientes, adornaban las carretas y los
caballos con cueros, clavos dorados, penachos de colores y campanas que con su
sonido anunciaban la llegada del comerciante.
En este período
las ruedas eran pintadas con motivos iconográficos sacros: escenas de los
Evangelios, imágenes de la Virgen María y de la vida de los santos.
En un período
posterior, las pinturas pertenecían a héroes épicos, Carlo Magno, las Cruzadas,
Napoleón Bonaparte, Giuseppe Garibaldi; para llegar a diseños que representan
características propias de Sicilia: los colores del sol, el azufre, las
naranjas, el cielo y el mar, la lava del Etna y los “ficodindia”. Era una
síntesis de las civilizaciones mediterráneas que pasaron por la isla: los
colores árabes, los arabescos bizantinos y las costumbres griegas.
En los hogares de
los inmigrantes, que el destino ha llevado lejos de su tierra, no falta nunca
un modelo a escala del “carretto siciliano”.
Construcción del carro
Para su
construcción se empleaban 2 o 3 meses y eran varios artesanos los que
trabajaban en la carreta: el artesano que elegía la madera justa; el cortador,
que además de cortar la madera, tallaba los diseños; el herrero que realizaba
las partes metálicas; el decorador y el pintor.
Actualmente el
número de artesanos se ha reducido notablemente, quedando solo ancianos
maestros y pocos jóvenes artesanos.
Hoy los carros se
pueden ver desfilar en cualquier “sagra” típica de los pueblos o en los museos
que albergan antiguas piezas.
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