La ciudad de
9.000 habitantes surge sobre el monte Teja a 650 m. de altura. Se encuentra
ubicada a mitad de camino entre Enna y Catania.
Conocida por sus
iglesias y antiguos conventos, fascina al turista por los paisajes que se
pueden admirar desde sus varios miradores (Piazza Roma, Torre di San Nicola y
Castillo medieval). Desde ellos se goza de una panorámica que abraza el Etna
hasta la llanura de Catania, con los lagos de Sciaguana y Pozzillo, llegando la
visión hasta los montes Nebrodi y Madonie.
Qué
ver en Agira
Real abadía
Representa el monasterio
fundado por San Felipe, monje mónaco enviado por el papa para evangelizar
Sicilia.
Iglesia San Salvador
Esta iglesia es
de la época normanda y su fachada es en estilo barroco renacentista. Lo más
interesante de esta iglesia es el Aron o arca santa, testimonio de la presencia
hebrea en Agira.
Este Aron se
encontraba en una sinagoga cercana a la iglesia hasta 1492, año en que Fernando
el Católico emanó el edicto de Granada, con el que se expulsaba a todos los
judíos de los territorios de jurisdicción española. En 1987 fue reconstruido y
llevado a esta iglesia. Como Aron, es una excepción, ya que comúnmente eran
construidos en madera, en cambio este es de piedra.
Actualmente
existe un proyecto para reconstruir la antigua sinagoga, llevar allí el Aron y rediseñar en Sicilia el
mapa de una presencia bruscamente cancelada y de una historia olvidada.
El castillo
Este es el
monumento más representativo. Fue construidos por los árabes sobre una base ya
existente. Perdida su importancia militar y muy dañado por el terremoto de 1693,
hoy se conservan las torres laterales y algunos muros. Cada diciembre este es
el escenario del pesebre viviente de Agira.
La “cassatella”, dulce
típico de Agira
En forma de
medialuna es una masa frola rellena con cacao, almendras, harina de garbanzos,
azúcar y cáscaras desecadas de limón.