jueves, 16 de febrero de 2012

Segesta: la eterna rival de Selinunte


El templo griego de Segesta
Un inmenso patrimonio arqueológico. No obstante el paso de los siglos, los fenómenos atmosféricos y la negligencia del hombre, Sicilia cuenta con muchos sitios de inestimable valor arqueológico.

En la provincia de Trapani, en el noroeste de la isla, surge de improvisto, Segesta, sobre el monte Barbaro. Fundada en el siglo XII a.C. por los élimos, tal vez provenientes de España o de Liguria, aunque algunas fuentes citan también a Troya.

El templo dórico de Segesta
Es el templo más antiguo del orden arquitectónico griego, estilo que se desarrolló en el Peloponeso y luego se difundió en Grecia y sus colonias italianas. El templo no fue nunca terminado. Se supone que la construcción comenzó en el año 430 a.C. y que la llegada de los invasores cartagineses impidió la continuidad de la obra.

El teatro de Segesta
A 2 kilómetros del templo, se encuentra el teatro, el cual presenta formas típicas de la arquitectura griega, pero cuando la estructura fue realizada, a fines del siglo III a.C., Segesta estaba ya bajo dominación romana. La planta semicircular mide 60 metros de largo y la abertura está orientada hacia el norte, desde donde se aprecia un magnífico escenario natural de verdes colinas y el azul profundo del mar. En la época de su mayor esplendor, podía albergar 400.000 espectadores sentados en gradas cavadas en la roca. El teatro, hoy, se utiliza para representaciones teatrales y eventos culturales.

Segesta, después de ser la acérrima rival de Selinunte, por motivos de límites territoriales, fue conquistada en el año 307 a.C. por Agatocles de Siracusa.

sábado, 11 de febrero de 2012

Caltagirone: la ciudad de la cerámica


Detalle de la cerámica de los escalones
Bautizada por los árabes como Cal’at Ghiran, ciudad de los vasos, con el transcurrir de los siglos, el arte de los "cannatari", maestros artesanos que trabajan la arcilla para crear obras de arte en cerámica, no se abandonó más.
Caltagirone es por antonomasia la ciudad de la cerámica y todo tiene relación con este arte: los palacios históricos, las calles, la villa comunal, la escalera de SantaMaría del Monte, los balcones de cada ángulo son decorados con mayólicas.

La escalera de Santa María del Monte: símbolo de Caltagirone
Esta escalera, con sus 142 escalones en piedra lávica decorada con policromáticas mayólicas con diseños florales y geométricos, se ilumina todos los años en ocasión de la fiesta de San Giacomo, la noche del 24 al 25 de julio.
La escalera fue construida en 1666 con el objetivo de comunicar la Plaza de la Municipalidad (en la parte baja) con la antigua iglesia Madre (en la parte alta) y sus 8 metros de largo se asemejan a un museo de historia del arte.

La noche de San Giacomo se colocan en la escalera miles de pequeñas vasijas, preparadas y pintadas a mano. En el fondo de las vasijas se coloca arena y un pequeño recipiente de terracota con una mecha de algodón, que en el momento oportuno será llenado con aceite de oliva. Estas vasijas formarán un único diseño, generalmente inspirado en temas de la ciudad y su patrono. La noche del 24 de julio, centenares de personas encienden las velas, las que en pocos minutos alcanzan una impactante iluminación, regalando un espectáculo fascinante hasta que se apaguen, naturalmente, cuando se acaba el aceite. Esa misma noche, trabajadores de la ciudad se ocupan de reposicionar las vasijas de acuerdo al nuevo diseño del día siguiente.

lunes, 6 de febrero de 2012

Plaza Armerina: recuperación de la “Villa del Casale”


Después de cuatro años de trabajos de restauración, desde abril de 2011 la Villa romana está abierta al público. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta suntuosa residencia fue construida entre los siglos III y IV d.C.
Con una superficie de 3.500 metros cuadrados, la “Villa romana del Casale” de Plaza Armerina, provincia de Enna, es uno de los testimonios más importantes que la civilización romana ha dejado en Sicilia.
Fue residencia de caza, tal vez del emperador Valerio Massimiano (llamado Herculeos Victor), quien junto con Diocleciano dirigían el Sacro Imperio Romano. Los mosaicos fueron realizados, muy probablemente, por africanos. A través de estos mosaicos se puede recorrer la historia del imperio con escenas de la vida cotidiana, la representación de los héroes y las divinidades, escenas de caza y de juegos. En época medieval la villa fue cubierta por un aluvión de fango y desaparecida de la memoria colectiva hasta las primeras excavaciones de Paolo Orsi en 1929.
 
                                                                                    Inicios de los trabajos de restauración
Del proyecto inicial de recuperación de 1950 se debieron replantear algunas soluciones, ya que los materiales y la tecnología de nuestros días han evolucionado enormemente. En los años ’60, con la euforia del descubrimiento del plástico, la Villa del Casale fue protegida de la erosión de los agentes atmosféricos con estructuras de hierro y techos de plástico. Con el pasar del tiempo se vio que de esta manera se opacaban y debilitaban los mosaicos. Se sustituyeron los paneles plásticos por vidrio y la Villa se transformó en un gran “vivero”; el calor y la luz excesiva, además de hacer el aire irrespirable, favorecían la germinación de plantas, hongos y algas y afloraban las sales que emblanquecían los mosaicos. Algunos trabajos con ceras y barnices transparentes, impedían al terreno respirar, provocando una acumulación de humedad y explosiones de “globos” que fracturaban las uniones de los mosaicos.


La restauración de los últimos años
La “misión imposible” de los restauradores de los últimos años consistió en remover de la superficie los estratos de limo no aún eliminados totalmente (desde el aluvión), repulir los mosaicos dañados por materiales agresivos, aplanar los “globos”, embeber el terreno con infiltraciones de sales y minerales y reconstruir los motivos ornamentales.
Gracias a las ciencias modernas, regresarán antiguas plantas, cuyo polen había sido aislado durante anteriores excavaciones arqueológicas. Un experimento de arqueobotánica que devolverá entre el verde de la Villa del Casale, flores de colores, inflorescencias y arbustos “transportados” del pasado.

domingo, 5 de febrero de 2012

Agrigento en febrero: fiesta del almendro en flor (8 de febrero al 16 de marzo)


La floración de los almendros, una explosión de flores blancas sobre las ramas semidesnudas, es uno de los anuncios más poéticos de la proximidad de la temprana primavera siciliana.
La sagra (fiesta) de los “mandorli in fiore” es una de las más queridas de la isla. Desde hace 70 años se realiza en Agrigento, aunque nació en la vecina Naro, en el Valle del Paraíso que cada febrero se cubre de un manto blanco de flores de almendro.



Cassata siciliana
La almendra es parte de la cultura culinaria de Sicilia, parece ser que fueron los árabes los que descubrieron el secreto de trabajar los frutos triturados con clara de huevo y miel, inaugurando la tradición siciliana de la repostería con pasta de almendras. Este fruto es la base de todos los dulces: martorana, dolcetti da riposto, leche de almendras, biancomangiare, granita. Es más, la clásica cassata tendría otro sabor si alrededor no tuviera esa corona verde y blanca de pan de España y pasta de almendras.



Fruta martorana

La almendra forma parte también de la historia de Sicilia; su cultivo, como el del olivo y la vid, fue un salvavidas para los campesinos sicilianos que consiguieron levantarse de la postración económica y social en la que estaban sumergidos después de siglos de régimen feudal.
A principios del ‘900 comenzó la producción de almendras, obteniendo grandes niveles de exportación. Otros tiempos, lamentablemente, los costos excesivos de producción y recolección y la competencia extranjera han redimensionado el sector.

No obstante el avance de la producción extranjera, sobre todo californiana, las almendras sicilianas tienen propiedades y características organolépticas únicas, lo que les permite mantenerse en el mercado por la excelente calidad.

sábado, 4 de febrero de 2012

Los escritores sicilianos


Tal vez no exista una isla más literaria que Sicilia, tierra que dio auténticos genios como Verga, De Roberto y Pirandello. Más cerca en el tiempo tenemos a Lampedusa, Brancati, Sciascia, Bufaldino, Consolo, Camilleri.
Los escritores sicilianos representan “etapas” estimulantes de un viaje por Sicilia. Hablan de la isla, de sus lugares especiales y de las sensaciones personales.

Andrea Camilleri: la isla imaginaria
La Sicilia de Camilleri es una tierra imaginaria: Vigata, el pueblo en donde tienen lugar gran parte de las investigaciones del comisario Montalbano y la capital de la provincia, Montelusa, son nombres de fantasía. Pero no es una fantasía abstracta, pues contiene los sabores y humores de una Sicilia concreta.
Camilleri ha confesado que Vigata representa Porto Empedocle, su ciudad natal; mientras Montelusa, nombre “robado” a Luigi Pirandello, es Agrigento.


Estatua de Sciascia, en Racalmuto
Leonardo Sciascia: una tierra difícil de entender
Según Sciascia “contradictoria y extrema” es la naturaleza de los sicilianos; “una tierra difícil de gobernar, porque es difícil de entender”, es su visión de Sicilia.
Sus novelas son amargas apologías de la corrupción del poder; su narrativa lo ha llevado, a veces, a enfrentar la cuestión de la mafia.
El centro de su mundo será siempre Racalmuto, su pueblo natal en la provincia de Agrigento. Filtrada por la nostalgia y el recuerdo, la Sicilia de Sciascia es tierra áspera y de “zolfare” (su padre había sido empleado en una mina de azufre) y Racalmuto encarna la Sicilia del silencio, en donde “se ama más callar que hablar”.


Gesualdo Bufalino: el ardiente sol del  barroco
La Sicilia de Bufalino es natural, sacra, dividida entre la luz y el luto, hecha de verdes altiplanos delineados por los muros “a secco” (piedras superpuestas sin ningún material de unión) y punteados por los grandes “carrubos” (algarroba). Paisaje típico de la provincia de Ragusa, junto a las ciudades barrocas que lo coronan, ciudades que “no oprimen al hombre, sino que lo exaltan, haciéndolo protagonista”.


jueves, 2 de febrero de 2012

Selinunte: el parque arqueológico más grande de Europa


La ciudad de Selinunte fue fundada por los griegos en el siglo VII a.C. Su nombre, Selinus, deriva de “selinon”, nombre de una planta (perejil selvático) que crece abundante y espontáneamente en la zona. Según fuentes históricas la vida de Selinunte se caracterizó por sus contrastes y guerras, en particular con la ciudad de Segesta, eterna enemiga que veía la expansión de Selinunte como una amenaza para su supervivencia.
Selinunte extendió rápidamente sus dominios, fundando Eraclea Minoa y adueñándose de un amplio territorio, hasta que explotó en conflicto entre Atenas y Siracusa, ocasionado por el pedido de ayuda de Segesta a Atenas. El asedio a la Selinunte duró nueve días hasta que fue destruida (409 a.C.). En la segunda mitad del siglo XVI, la ciudad fue redescubierta por el historiador Tommaso Fazello. En 1823 los ingleses comenzaron con las investigaciones arqueológicas, las que continúan casi ininterrumpidamente hasta nuestros.

El parque arqueológico de Selinunte

Con sus 270 hectáreas el parque es considerado el más grande de Europa. Comprende numerosos templos, santuarios y altares y es uno de los centros de mayor interés para estudiosos y arqueólogos, ya que los detalles de urbanística, la arquitectura militar y el arte funeraria son un testimonio insustituible del mundo antiguo.
En la civilización griega el centro de la arquitectura eran los templos, hogar de la divinidad, sacra y eterna. Los templos de Selinunte fueron construidos según los cánones del orden dórico, el estilo arquitectónico griego más antiguo, cuyas principales características son la simplicidad y la esencialidad, que otorgan sentido de orden e inmortalidad divina.

Las ruinas de la ciudad se encuentran en territorio de Castelvetrano, mientras que las esculturas encontradas en las excavaciones están en el Museo Nacional Arqueológico de Palermo, a excepción de la obra más famosa, el Efebo deSelinunte, que hoy está expuesto en el Museo Comunal de Castelvetrano.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Capomulini: el pescado hecho leyenda

En este territorio, entre Acitrezza y Acireale, está ambientado el mito de Aci y Galatea. En un tiempo, aquí vivió Aci, un pastor enamorado de Galatea, espléndida ninfa del mar, por la cual también sentía atracción el Ciclope Polifemo. Este último, celosísimo de los enamorados, mató a Aci tirándolo sobre una gran roca. Por el poder de los dioses, Aci fue transformado en un río para que Galatea, nadando, pudiera reunirse con su amor. Parece ser que el río Aci desembocaba en Capomulini, hoy pequeña localidad pesquera, que surgió como la ciudad griega de Xiphonia en el siglo VII a.C. Es sugestivo pensar que en las aguas de Capomulini hayan combatido cartagineses y siracusanos.
Para los lugareños, Capomulini es por antonomasia el lugar en donde abundan los frutos de mar y el pescado fresco. La costanera está repleta de tratorías en donde se sirven moluscos, almejas y crustáceos preparados de las más diversas formas.