Un pedacito de
África que emerge del Mediterráneo, Pantelleria. Negro de antigua lava que el
duro trabajo de los hombres ha convertido en terrazas para procurarse de qué
vivir. Esto no es absurdo, ya que cuando más perdidas y solitarias son las
islas, la gente más tiende a refugiarse en la tierra firme disponible para
defenderse del mar que las circunda.
Cuando se llega a
Pantelleria, después de haber viajado en avión o en aliscafo, provenientes de
Trapani o Palermo, sorprende la áspera belleza de sus accidentadas costas de
difícil acceso. Es una isla solo para los apasionados del mar; no hay muchos
puntos donde tenderse a orillas del mar. Es un paraíso para quienes practican
buceo o para quienes aman el mar al punto de que no importen las dificultades
que presenta la isla.
Alojarse en los dammusi
Los dammusi son casas árabes, emblema de
Pantelleria, formadas por uno o más paralelípedos de tierra negra lávica,
pintados de blanco y con techos que terminan en una cúpula para recoger la mayor
cantidad posible de agua cuando llueve, a través de canaletas, el precioso
líquido es transportada a los tanques.
Estas típicas
construcciones son perfectamente
atérmicas debido al espesor de los muros (más de un metro) y al particular
material con que son construidas las cúpulas: una mezcla de picón (restos
volcánicos que retienen la humedad), tierra y cal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario