Este castillo es
la más escenográfica “ciudad fortificada”, no solo de la provincia de
Caltanissetta, sino de toda Sicilia. Su estructura, adaptada a la morfología de
la roca, sobre la cual se alza pintorescamente, da la sensación de una
prolongación natural de la roca.
Se dice que fue
edificado sobre las ruinas de una fortificación árabe, por Manfredi III
Chiaramonte, en la segunda mitad del 300.
El castillo de Mussomeli representa un ejemplo raro de arquitectura tardo-medieval siciliana.
No se ven influencias ni manierísticas ni barrocas. Tal vez, la lejanía del
pueblo de Mussomeli, lo ha salvado de transformaciones. Esta lejanía hace
pensar que no fue construido por exigencias de colonización, sino como presidio
residencial y estratégico.
El castillo por
dentro
La construcción
posee tres niveles: inferior, medio y superior. Al nivel inferior se accede por
una estrecha callejuela cavada en la roca y consiste en una amplísima sala iluminada por dos pares de ventanas
bíforas, en donde, según la tradición, en el año 1391 se reunieron todos los
barones de Sicilia. Al lado de esta gigante sala, se encuentra una pequeña y
triangular que, según la leyenda, allí vivieron encerradas tres jóvenes mujeres
que pertenecían a un barón celoso. De noche, estas mujeres, en forma de
espectros, vagan por las ruinas, aunque nunca nadie las vio, porque,
lógicamente ninguno ha tenido el coraje de visitar el castillo durante la
noche.
En el segundo
nivel hay salas góticas, con portales ojivales y techos abovedados. El nivel
superior es el verdadero castillo, desde el cual se aprecia un desértico valle
que desde siempre ha sido ingrato a los hombres.
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