sábado, 24 de noviembre de 2012

Pollina: entre la torre y el maná


Playa de Pollina
Pollina surge en la provincia de Palermo y se encuentra en el territorio del Parco delle Madonie. La ciudad conserva el aspecto de su pasado medieval con estrechas callejuelas y empinados empedrados.
Algunos historiadores creen que el sitio corresponde a la antigua ciudad griega Apollonia, pero nunca se han encontrado restos tangibles que pudiesen confirmar lo que aún hoy es una hipótesis. Las primeras noticias de Pollina son del año 1000.

Fundación de Pollina
Según la tradición popular, la fundación de Pollina fue un gesto de amor: Doña Pollina, princesa normanda, se enamoró del visir árabe Ayub; amor al que se oponen ambas familias, por lo que la pareja escapa inaugurando la costumbre de la “fuitina” (del siciliano fuiri, fuggire en italiano, escapar en español). Fugaron de su tierra buscando un lugar seguro y, al mismo tiempo, bello y romántico, adecuado a su amor. Después de mucho vagar, se enamoraron de este lugar y construyeron en la cima un castillo.

Castillo de Pollina  (foto de Enzo Ferreri)
Qué ver en Pollina
El monumento más importante es la catedral, en cuyo interior se conservan obras de Antonello Gagini (la “Natività” y la “Pietà”).
El teatro Pietrarossa, cuyo nombre deriva del color rosado de las rocas en las que se apoya, es conocido por las representaciones de verano, generalmente clásicas.
Sobre la costa se encuentra la torre sarracena de Finale de Pollina, construida durante la invasión española en Sicilia, desde donde se goza de una estupenda panorámica del mar, la escollera y la playa. Actualmente la mayoría de la población habita en esta franja litoraleña.

La curiosidad de Pollina
Pollina es el único lugar de la cuenca del Mediterráneo en donde se ha conservado la técnica y la producción de maná (líquido azucarado que fluye de algunos vegetales como fresno y arce). Esta resina se recoge con un cuchillo especial en los meses de verano y se seca al sol para después ser utilizada en preparaciones medicinales, tal como lo hacían los griegos y romanos.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Cefalù: su catedral bizantina y el lavatorio medieval


La playa de Cefalù
Cefalù, en la provincia de Palermo, es una pintoresca ciudad de orígenes antiguos, famosa por sus playas y sus monumentos. Encerrada entre el mar y un promontorio calcáreo, ostenta con orgullo su catedral que emerge de un ovillo de laberínticas callejuelas.


Historia de Cefalù
En las grutas, al Norte del centro habitado se encontraron rastros de presencia humana de época prehistórica. El centro histórico está rodeado de una muralla que data del siglo V a.C. Los griegos que ocuparon la zona le dieron el nombre de Kefaloidion, término que deriva de la palabra griega que significa cabeza, probablemente haciendo referencia al promontorio sobre la cual surge. Los romanos llegaron en el año 245 a.C. y le dieron el nombre de Cephaloedium. Después del dominio árabe, fue ocupada por los normandos, quienes realizaron grandes obras como la iglesia de San Giorgio, el claustro de la catedral y los lavatorios de la calle Vittorio Emanuele.

La catedral de Cefalù
Interior de la catedral de Cefalù
El Duomo, construido en 1131 es una de las mayores atracciones de la ciudad. Decorado con bellísimos mosaicos de variados y brillantes colores sobre un fondo de oro, corresponde al estilo bizantino. La construcción se encuentra en una amplia terraza sobreelevada, desde donde la vista del pueblo, típicamente medieval, es realmente sugestiva.
El espléndido pórtico fue realizado en el ‘400. En su interior, la mayor atracción se concentra en el mosaico gigante de Cristo, ubicado en el ábside central.

El "lavatoio"
El lavatorio medieval
En el casco del centro histórico se encuentra el lavatorio edificado en 1500 a los pies de una escalinata de piedra lávica. Sus depósitos de agua se proveen agua de 22 bocas de hierro forjado. Un pequeño canal conecta el lavatorio con el espléndido mar de Cefalù.
Una característica del lavatorio es la baja temperatura del agua que lo transforma en un lugar fresco y agradable, ideal en los calurosos días de verano.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Fiestas (sagras) y tradición en Sicilia


Fiesta de Santa Ágata, Catania
El rico folclore siciliano refleja la herencia de las distintas culturas que han tenido influencia en la isla. Tal vez no es casual que uno de los fundadores de la moderna etnología, Giuseppe Pitré, sea siciliano.

Fiestas religiosas
Semana Santa es el momento de las procesiones: las principales son los Misterios de Trapani (viernes santo) y la de Caltanissetta (jueves santo); aunque tampoco dejan de ser interesantes las de Acireale, Agrigento, San Cataldo, San Fratello, Caltagirone.

Fiestas patronales
Hermosas son las manifestaciones que se desarrollan durante las fiestas patronales, sobre todo por las escenografías cargadas de expresión. Las principales son las de Santa Rosalía en Palermo y Santa Ágata en Catania.

Fiestas no religiosas
Hay pueblos que festejan el carnaval de manera muy particular; son muy concurridos los carnavales de Acireale y de Sciacca.
Carnaval de Acireale
La Sagra del almendro en flor, en Agrigento (febrero) y el Baile de la Cordella, en Petralia Sottana (agosto), son fiestas que reúnen no solo a todos los sicilianos, sino que atraen también al turismo extranjero.

Música popular
Bella y de alta calidad lírica es la música popular, rica de canciones, serenatas, versos satíricos y leyendas. El canto, generalmente, es acompañado de instrumentos musicales muy particulares: el marranzano, el friscalettu, el tamburello y la zampogna.

El teatro de los “pupi”
Además de la música y la poesía, también el teatro tiene profundas raíces populares. El teatro dei pupi (de las marionetas) sintetiza técnicas y lenguaje propios de la cultura siciliana. Las marionetas narran historias que se asocian a las antiguas chanson de geste, introducidas en la isla por los normandos. Existen museos de marionetas, como los de Palermo, Acireale y Catania.
Carro siciliano


El carro siciliano
Este es otro elemento típico del folclore siciliano. Decorados con vivos colores, las imágenes representan escenas sacras y profanas.
Todos los años, en Trecastagni se realiza la sagra dedicada al carretto siciliano. Ejemplares únicos se pueden ver en el Museo Pitré, en Palermo y en el Museo del carretto siciliano, en Terrasini.


lunes, 19 de noviembre de 2012

La arquitectura en Sicilia


El barroco de Catania
La colonización griega, desde el siglo VIII al XV a.C., determinó el crecimiento de importantes centros urbanos de planta regular (Milazzo, Tindari, Catania, Siracusa, Enna, Agrigento, etc.), en los cuales se construyeron algunos de los más bellos monumentos de la arquitectura antigua. En Siracusa el castillo de Eurialo, el templo de Atenas, el teatro griego; los templos de Agrigento, Selinunte y Segesta; además de los de Akrai y Eraclea Minoa.

La arquitectura romana
Con la llegada de los romanos estas ciudades declinaron, aunque son significativos los testimonios arquitectónicos de Siracusa (el anfiteatro), Taormina (teatro) y Tindari. A la decadencia de las ciudades, se contrapone la construcción de espléndidas villas, como la de Piazza Armerina.
El teatro de Taormina
Después de la caída del imperio romano, son poco relevantes los testimonios arquitectónicos bizantinos y árabes, aunque estas dos culturas intervinieron contemporáneamente en las realizaciones de época normanda: en Palermo, la capilla Palatina y la catedral; y las iglesias madre de Monreal y Cefalú.

 La ocupación sveva: arquitectura militar
En el ‘200 las principales obras arquitectónicas fueron de naturaleza militar: el castillo de Maniace (Siracusa), el castillo Ursino (Catania); mientras en el ‘300 aparecen palacios de los barones, en los que el gótico europeo se mezcla genialmente con las formas tradicionales. Ejemplos típicos son el palacio Sclafani y el palacio Chiaramonte, ambos en Palermo.

La influencia española en la arquitectura
Sobre todo la variedad catalana representa a los españoles, la cual se puede observar en el palacio Abatellis y en la iglesia Santa María de la Cadena, en Palermo. El renacimiento tuvo poco desarrollo en Sicilia; la obra más importante es la iglesia Santa María de los Milagros, también en Palermo.

La arquitectura barroca en Sicilia
Fuente Pretoria, Palermo
El barroco es el estilo predominante de la isla, más notorio aún en la región sudoriental (provincias de Catania, Ragusa y Siracusa), íntegramente reconstruida después del terremoto de 1693.

Ejemplo de arquitectura del ochocientos es el teatro Massimino de Palermo y muy significativas son algunas construcciones en estilo Liberty, como villa Igiea y villa Florio.

sábado, 17 de noviembre de 2012

El terremoto de 1693: catástrofe en Sicilia


Valle de Noto
El 11 de enero de1693 Sicilia oriental fue golpeada por uno de los terremotos más grandes de la historia moderna. La crónica de la época describía el hecho como devastador; la intensidad del terremoto fue de XI grados de la escala Mercali: destrucción absoluta.

Los historiadores cuentan que los daños aumentaban progresivamente desde Taormina a Siracusa, alcanzando el máximo en Noto y Avola, donde nada se había salvado.

Después del terremoto, la reconstrucción
Restos de construcciones griegas, romanas, bizantinas, árabes y aragonesas corrían el riesgo de desaparecer. El gobierno español se sintió forzado a intervenir urgentemente y con grandes sumas de dinero.
En la zona del volcán Etna centros enteros fueron casi íntegramente reconstruidos (Catania, Aci San Antonio, Aci Catena, Belpasso, etc.) según el estilo arquitectónico del momento: el barroco. Trabajaron los mejores arquitectos sicilianos: Vaccarini, Battaglia e Ittar, quienes realizaron indiscutibles obras maestras de arquitectura “settecentesca”.

Los restos de siglos de historia que sobrevivieron al terremoto fueron englobados en estructuras barrocas. Un clásico ejemplo es el ábside de la catedral de Catania, los portones góticos diseminados por todas las ciudades y los restos romanos dispersos por el  campo.
Para observar las netas diferencias del “antes” y el “después” hay que recorrer pueblos cercanos al Etna: en el Sudeste, Belpasso y Randazzo, y al Noroeste, Acireale y Bronte, para descubrir las diferencias urbanísticas y arquitectónicas. A las anchas calles de Belpasso y Acireale, ampliamente afectadas por el terremoto y reconstruidas, se contraponen las estrechas callejuelas de Randazzo y Bronte, situados lejos de la costa, a mayor distancia del epicentro del cisma.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Día de San Martino: 11 de noviembre



El 11 de noviembre se recuerda al obispo de Tours, conocido como San Martín de Tours. Su humildad y actos de caridad dieron vida a varias leyendas, una de las cuales está ligada con el estate di San Martino (verano de San Martín), el cual se manifiesta, en sentido meteorológico, a comienzos de noviembre dando lugar a tradicionales fiestas populares en toda Sicilia.

La leyenda de San Martino
Cuenta la leyenda que Martín, hijo de un oficial del ejército romano, a causa de una ordenanza de la época, debió convertirse en soldado. Un frío día de otoño se encontraba con sus soldados en la entrada de la ciudad de Amiens, cuando encontró un mendigo semidesnudo. Impulsivamente cortó en dos su capa militar para compartirla con el mendigo. Milagrosamente el frío disminuyó y apareció el sol: este fue el primer verano de San Martín.

La fiesta del vino “novello”
El verano de San Martín se asocia simbólicamente a la “maduración del vino nuevo”, ocasión que se festeja brindando y destapando los vinos recién madurados. Muchas bodegas regionales abren sus puertas para ofrecer una degustación.
El 11 de noviembre es una buena ocasión para saborear las clásicas caldarroste, el pan casero y los dulces típicos de esta fiesta. En la zona de Palermo se comen unos bizcochos (u viscottu di San Martino abbagnatu) de forma redonda y aromatizados con semillas de anís, los cuales se “mojan” en vino moscato. Existen diferentes tipos de estos dulces: el tricotto, crocante y frito, destinado a ser “mojado”; el rasco, masa tierna embebida en licor y rellena con ricota; y el bizcocho decorado, rociado con azúcar y pintado con chocolate.

Fotografía: ww2.raccontidifata.com

 

lunes, 5 de noviembre de 2012

San Vito lo Capo, provincia de Trapani


Playa de San Vito lo Capo
La playa de San Vito lo Capo, con blanquísima arena y tres kilómetros de largo, es de una rara belleza: fue premiada con el título de playa más bella de Italia en el 2011 y su mar obtuvo la Bandera azul de Europa en el 2002. Desde este espléndido paraje se pueden realizar excursiones a la Reserva natural dello Zingaro.

El pueblo de San Vito lo Capo  
Se desarrolló alrededor de la iglesia central; la calle principal, que lleva directamente al mar, es un paseo entre balcones floridos, antiguos bebederos, bancos de hierro forjado y modernos murales. El recorrido termina en una extensión de agua cristalina encerrada entre un faro y las laderas de los montes. Vigas restauradas y amplios portones permitían en la antigüedad el paso de las carretas, testimonio del carácter agrícola de su economía y de una tonnara (tradicional sistema de pesca para capturar atunes) inactiva desde el 1600 que revela también sus orígenes marinos.

San Vito lo Capo no solo es mar, playa y pesca; también se pueden realizar paseos por el Monte Mónaco (532 m) desde donde el escenario es sorprendente. Los colores de San Vito son únicos, desde el celeste cristalino del mar con sus perfumes selváticos hasta el rosa-amarillo-dorado de las rocas que regalan destellos de colores para unas inolvidables vacaciones.