domingo, 29 de abril de 2012

Taormina: paseo en teleférico


Taormina es uno de los centros turísticos internacionales más importantes de Sicilia, por sus encantos naturales, sus bellezas marinas y sus monumentos históricos.

Un poco de historia
Tauromenion fue fundada en el 358 a.C. sobre el monte Tauro por un grupo de griegos provenientes de la vecina Naxos, la colonia griega más antigua de Sicilia. Para los romanos fue un importante centro, al cual dotaron de una enorme cisterna para la provisión de agua. Durante el período árabe los terrenos fueron bonificados y se realizaron sistemas de irrigación con técnicas aún hoy en uso. Conquistada por los normandos y luego habitada en el período aragonés por importantes familias feudales que la dotaron de espléndidos palacios.
Después de algunos siglos de decadencia, Taormina retomó su esplendor a partir del siglo XVIII, cuando la ciudad se convirtió en meta turística de aristocráticos, artistas, intelectuales y ricos mecenas nordeuropeos que difundieron su imagen por toda Europa.

Recorriendo Taormina
La calle peatonal de la ciudad es el corso Umberto I, que atraviesa la ciudad desde la Puerta Catania (Sur) hasta la Puerta Messina (Norte) y forma parte del clásico paseo turístico entre las boutiques de las mejores marcas italianas e internacionales, iglesias, palacios históricos y plazas con espléndidos “balcones” al mar.

Nada mejor que un paseo en teleférico
La vista a bordo de una cabina de funicular es insuperable. En pocos minutos es capaz de transportarnos desde el centro de Taormina hasta el mar azul intenso de la bahía de Mazzaró. El teleférico parte de la calle Pirandello, 3 minutos a pie de la puerta Messina, y lo hace cada 15 minutos, a 3 euros el boleto. El funicular funciona desde las 8:00 de la mañana hasta la 1:00 de la noche.

jueves, 19 de abril de 2012

Geografía de Sicilia


Sicilia, por sus dimensiones, es la principal isla del Mediterráneo (25.708 km²). Está situada en el centro, en una posición intermedia entre el estrecho de Gibraltar y el canal de Suez. Está separada de la península itálica por el estrecho de Messina (3 km) y del continente africano por el canal de Sicilia y a 140 km de Túnez.
La forma de la isla es triangular, de la cual deriva su antiguo nombre de Trinacria (en griego = de las tres puntas) y cada  lado es bañado por un mar distinto: al Norte, el Tirreno; al Sur, el Mediterráneo; y al Este, el Jónico.
Forman parte de Sicilia varios archipiélagos e islas: al Norte, Ustica y las islas Eoles; al Oeste las Egadi; y al sur Pantelleria y las islas Pelagie.
Geológicamente la masa de la isla es de formación bastante reciente (terciario medio y superior) y parece ser que siempre estuvo separada de Calabria. Esto no quita que la cadena montañosa del norte de Sicilia presente características idénticas a los Apeninos calabreses y sea considerada como apéndice de esta.
En el territorio predominan las colinas (61,4%), los montes de más de 500 m son el 24,5% y las llanuras 14,1%.

Lago de Pergusa
Forman parte de la cadena montañosa septentrional los montes Peloritani, Nebrodi y Madonie. El centro de la isla está encerrado entre los montes Sicani y Erei y se caracteriza por ondulaciones que decrecen progresivamente a medida que se alejan de la costa, sin alcanzar grandes alturas. El último grupo de montes son los Iblei, que presentan características geológicas africanas.
Sicilia posee volcanes como el Etna, entre los mayores volcanes activos del mundo, Stromboli y Vulcano, en las islas Eoles.
Las principales llanuras de la isla son, en general, muy fértiles; de Este a Oeste estas son: la “piana” de Catania, el valle de Noto, el valle de Mazara y la Cuenca de Oro.
Los ríos son de régimen de torrente. Los principales son el Salso (144 km) y el Platani (110 km). Son también importantes el Alcántara, el Simeto, Torto y Belice.
Poco relevantes son los lagos, entre los naturales el principal es el de Pergusa; en cambio son más frecuentes los pantanos, interesantes desde el punto de vista ecológico.

Foto mapa Sicilia: kunstundreisen.de

lunes, 16 de abril de 2012

Los españoles en Sicilia


Los reyes aragoneses se dedicaron, sobre todo, a profundizar las rivalidades existentes entre los barones normandos y los nobles españoles. En 1410, el último exponente siciliano de la casa de Aragón, murió sin dejar sucesores.
Los españoles declararon rey a Fernando de Castilla, quien ejercía su poder desde España, quedando Sicilia bajo el dominio de sucesivos virreyes. Sin un monarca en condiciones de intervenir directamente, instaurada la inquisición y con una administración pública cada vez más corrupta, Sicilia se sumergió en un período confuso. Tan oscura fue esta etapa, que ni siquiera se pudo beneficiar del espléndido Renacimiento que estaba floreciendo en toda Italia.
La isla, además, en 1669 fue afectada por una gran erupción del Etna y en 1693 sufrió desastrosos terremotos que sacudieron a varios centros sicilianos.

Después de la guerra de sucesión española, el Tratado de Utrecht (1713) asignó Sicilia a la casa piamontesa de los Saboya. Siete años más tarde, Sicilia fue entregada a Austria, la cual fue tan impopular que cuando el príncipe español Carlos de Borbón conquistó el Reino de Nápoles (1734), los sicilianos lo acogieron con muchas esperanzas. Carlos tenía ideas innovadoras, pero desgraciadamente fue sucedido por su poco competente hijo Fernando I, rey de las Dos Sicilias. Fernando enseguida demostró cuánto más le interesaba la vida de la corte de Nápoles, que los problemas del pueblo siciliano.
Cuando los republicanos franceses marcharon con Napoleón sobre Nápoles, Fernando escapó a Palermo, protegido por Inglaterra.

En 1815, después del fracaso de Napoleón, Fernando I y sus sucesores continuaron reinando en la isla. Fernando IV abolió cada una de las autonomías de la isla. El régimen policial y el desprecio por la cultura habían creado un gran descontento. Todo esto, sumado a otros factores políticos, sociales y económicos, fue el origen de la insurrección del 1848 cuando Sicilia abrió la etapa revolucionaria que encendió a Europa.

Fotografía: Hispanismo.org

domingo, 15 de abril de 2012

Vacaciones distintas en Sicilia

Calascibetta vista desde Enna
Hacer turismo en Sicilia no es sólo conocer los lugares más visitados que sugiere una guía turística, hay otra Sicilia que ofrece tesoros inimaginables.
Su ubicación estratégica en el medio del Mediterráneo, ha sido siempre una atracción para los distintos pueblos que la dominaron a través de los siglos. Griegos, romanos, árabes, normandos, nórdicos, franceses y españoles han dejado sus huellas. De aquí la realidad sui géneris de la isla, poco comprendida, discutida, misteriosa, pero siempre interesante y rica desde el punto de vista cultural y humano.

Turismo gastronómico por las laderas del Etna

La tierra volcánica del Etna, con la lava y sus sales minerales, es muy fértil y capaz de producir excelentes productos para la gastronomía siciliana.
El Etna, con sus 3.350 metros de altura, es el volcán activo más alto de Europa. Por su relevante naturaleza y su valor paisajístico y ambiental, su territorio ha sido declarado Parque Natural.
La parte más alta del volcán, es un gran atractivo turístico para los deportes de invierno. Alrededor del Etna se extiende un ambiente rico de sonidos, perfumes y colores. En sus laderas se pueden observar coladas recientes de lava, como coladas antiquísimas, sobre las cuales crece una frondosa vegetación.

Gastronomía Etna este
Partiendo de Nicolosi, sede del Ente del Parque del Etna, se debe hablar de hongos. Porcini o cappellini, grillados o preparados en salsa con la pasta. Todos los restaurantes ofrecen gran variedad de platos a base de hongos. Unos kilómetros más arriba se encuentra Pedara, con su miel del Etna, amarilla o roja, perfumadísima y siempre como producto biológico. Muy cerca está Zafferana Etnea, patria de la miel de castaño. Es la miel más reconocida en toda Sicilia, producida por varias firmas y base de una finísima repostería. De muy buena calidad son también los productos derivados de la miel (jalea real y propóleo), muy utilizados en la industria cosmética.

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jueves, 12 de abril de 2012

Gastronomía siciliana: los “arancini”


Los “arancini” de arroz son una especialidad de la cocina siciliana, uno de los principales productos vendidos en bares y puestos callejeros y que, según la zona de la isla, son llamados “arancini” o “arancine”, nombre que deriva de su forma, similar a la de una naranja, fruta característica y representativa de Sicilia.
Los "arancini" son pequeños timbales fritos que se consumen como merienda, antipasto, primer plato y también plato único.
La receta original propone la forma cónica, pero se encuentran de diferentes formas, dimensiones y con distintas variantes de relleno: con carne, jamón, espinacas, ricota, mozzarella, etc.

Receta de los “arancini”
Ingredientes
300 g de arroz
120 g de carne picada
3 huevos
120 g de mozzarella
50 g de queso rallado
½ cebolla
½ vaso de vino
50 g de arvejas
Azafrán
Salsa de tomates
Harina
Pan rallado
Sal
Pimienta
Aceite

Preparación
Hervir el arroz y después de colarlo, mezclar con el azafrán, los huevos y el queso rallado.
Cortar finamente la cebolla, freírla a fuego lento, agregar la carne picada, el vino (dejarlo evaporar), la salsa, sal y dejar cocinar hasta que la carne esté cocida.
Hervir las arvejas y cortar la mozzarella en dados.
Con el arroz hacer bolas de 8-10 cm de diámetro y en el centro colocar con una cuchara la preparación con la carne, la mozzarella y algunas arvejas. Pasar los “arancini” por la harina, después por el huevo batido y por último, por el pan rallado.
Freír en abundante aceite y servir calientes.

¡Buon appetito!

miércoles, 11 de abril de 2012

Alia y sus "gurfas", muy cerca de África


El Norte de África no está lejos de Alia, pueblo de la provincia de Palermo. Esta vecindad está demostrada por la presencia de las cuevas “gurfa”, término árabe que evoca la idea de viviendas colectivas y de un sistema socioeconómico y político muy difundido desde la antigüedad en el Magreb árabe.
Las “gurfas” se encuentran a 4 km del centro habitado y constituyen un raro ejemplo de arquitectura rupestre, signo de la influencia islámica en Sicilia. Las cuevas de la gurfa no son naturales, sino que representan un monumento de arquitectura de montaña; la piedra arenaria roja fue cavada por el hombre 5.000 a.C.

La ciudad de Alia se encuentra sobre los montes de la Madonie y ofrece una visión panorámica desde el Etna hasta las islas Eólicas, rodeada de un paisaje hermoso y colorido. Está situada a 72 km de Palermo y a 25 km del mar; rica en historia y cultura, en estos últimos años ha mejorado notablemente su infraestructura turística y el centro de la ciudad ha sido reurbanizado.

Los árabes en Sicilia
La conquista musulmana en Sicilia encontró oposición en la parte oriental, tal es así que Siracusa fue tomada en el 878, mientras que en la región occidental, Palermo fue conquistada en el año 831, convirtiéndose en la capital de la Sicilia islámica.
Sucesivamente el poder islámico  conquistó Corleone, Caltabellotta y Castrogiovanni. El territorio interno, entre las provincias de Palermo, Trapani y Agrigento sufrió un proceso de islamización que hoy constituye un elemento característica de la Sicilia medieval.

Las “gurfas” parecen hablar al visitante en un idioma antiguo, simple y secreto. El monumento ha sido testigo silencioso de la intensa historia de Sicilia, del movimiento de los pueblos y de la permanente estratificación de las diferentes culturas. Entender los secretos de esta construcción arcaica, no es fácil, sobretodo cuando no hay casi investigaciones científicas ni excavaciones.

Fotografía: comune.alia.pa.it

lunes, 9 de abril de 2012

Floresta: el pueblo más alto de Sicilia


Floresta en invierno
Floresta, en la provincia de Messina, se encuentra a1200 metros de altura y es capaz de mostrar varias caras, según la estación del año. Posee la belleza mágica de los bosques de las fábulas, donde la luz se filtra y la tierra huele a resina. Es un pueblo tranquilo, con techos inclinados, cuyas primeras campanas fueron construidas por los romanos que venían a buscar leña para sus barcos.
 
En esta zona del Parque de Nebrodi son característicos los “cubburi”, pequeñas construcciones rurales, de planta circular realizadas con piedras en seco, cubiertas por una rudimentaria cúpula y con gran capacidad térmica. Muchos de estos “cubburi” datan de épocas remotas, pertenecientes a poblaciones prehelénicas. Otras, son de época más reciente, del tiempo de la dominación musulmana (siglo IX). La época de estas particulares construcciones se deduce de las variantes arquitectónicas como la altura o la forma de la cúpula.
A estas alturas los pastores traían el ganado en el período estival y este moverse permanentemente con los animales ha marcado el fluido mercado de ganado, con grandes exposiciones, incluyendo a los caballos de San Fratello.

El "cubburo"
Floresta (foresta) debe su nombre a la presencia de árboles de gran porte, aquellos que talaban los romanos, y recuerda los distintos sonidos estacionales: el viento de verano entre las copas de los abetos, las pisadas sobre la alfombra de hojas amarillas y ocres del otoño, el perfume de los musgos de primavera y el silencioso caer de los copos de nieve invernales.



 
Fotos:  comunefloresta.me.it y Antonino Teramo


sábado, 7 de abril de 2012

Entre Ragusa y Módica: la geometría de los muros de piedra en seco


Muro "a secco"
Los muros en seco, que forman un intrincado retículo en los campos sudorientales de Sicilia, constituyen uno de los ejemplos más significativos de “arqueología agrícola”.
Estos muros tan especiales, construidos sin cal ni cemento, según las enseñanzas de un antiquísimo oficio, aún hoy cumplen con su función: delimitar el terreno y hacer de freno a la formación de una capa dura de tierra, la cual impide la producción del humus.

Para visitar y fotografiar los muros en seco hay que hacer base en Módica o Ragusa, y recorriendo la “campagna” se puede probar y comprar el “caciocavallo”, un queso de particular sabor dada la exclusiva alimentación de las vacas con pasturas salvajes.
La mayor parte de los terrenos delimitados con los muros en seco se cultivan para pasturas. Pero no es raro encontrar campesinos que usen antiguos arados o rastras de clavos, como enseñaron los árabes a los sicilianos hace cientos de años, capaces de moverse en terrenos accidentados.

Árbol de "carrubo"

De tanto en tanto, en esta “campagna” en la cual el blanco de los muros y la luminosidad del sol la hacen parecer calcinada, aparecen las sombras de las grandes copas de los “carrubi” (algarrobos). El “carrubo” tiene la capacidad de romper la piedra para poder nutrirse.

Allá en lo alto, el castillo de Mussomeli


Este castillo es la más escenográfica “ciudad fortificada”, no solo de la provincia de Caltanissetta, sino de toda Sicilia. Su estructura, adaptada a la morfología de la roca, sobre la cual se alza pintorescamente, da la sensación de una prolongación natural de la roca.
Se dice que fue edificado sobre las ruinas de una fortificación árabe, por Manfredi III Chiaramonte, en la segunda mitad del 300.
El castillo de Mussomeli representa un ejemplo raro de arquitectura tardo-medieval siciliana. No se ven influencias ni manierísticas ni barrocas. Tal vez, la lejanía del pueblo de Mussomeli, lo ha salvado de transformaciones. Esta lejanía hace pensar que no fue construido por exigencias de colonización, sino como presidio residencial y estratégico.

El castillo por dentro
La construcción posee tres niveles: inferior, medio y superior. Al nivel inferior se accede por una estrecha callejuela cavada en la roca y consiste en una amplísima  sala iluminada por dos pares de ventanas bíforas, en donde, según la tradición, en el año 1391 se reunieron todos los barones de Sicilia. Al lado de esta gigante sala, se encuentra una pequeña y triangular que, según la leyenda, allí vivieron encerradas tres jóvenes mujeres que pertenecían a un barón celoso. De noche, estas mujeres, en forma de espectros, vagan por las ruinas, aunque nunca nadie las vio, porque, lógicamente ninguno ha tenido el coraje de visitar el castillo durante la noche.
En el segundo nivel hay salas góticas, con portales ojivales y techos abovedados. El nivel superior es el verdadero castillo, desde el cual se aprecia un desértico valle que desde siempre ha sido ingrato a los hombres.

viernes, 6 de abril de 2012

Las salinas de Trapani


Desde la antigüedad, la extracción de sal marina ha representado para Trapani una fuente de riqueza. La particular conformación de la costa y las condiciones climáticas han hecho del tramo costero, que se extiende desde Trapani hasta Marsala, una enorme fábrica de sal natural.
 
En un tiempo, cuando la industria de la sal marina era, junto a la del coral, la principal actividad económica de Trapani, naves cargadas de sal partían hacia Estados Unidos, Rusia y Japón. Hoy, aunque se produzca mucha menos cantidad, vale la pena una visita a las salinas.

De lejos, se divisa un retículo inmenso de tanques en donde el agua de mar se deja evaporar lentamente, hasta dar lugar a la formación de un blanco estrato de minerales. La recolección se realiza en el mes de agosto, cuando se alcanza el punto máximo de secado. Trabajadores estacionales, con el fuerte sol estivo de la isla sobre la espalda y pico en mano, vuelven negras sus pieles por el gran reflejo que producen los cristales de sal. El trabajo, hoy, está en gran parte mecanizado, pero se recuerda, junto con el trabajo en las minas de azufre, como uno de los trabajos más duros para el hombre. 
Tan duro e ingrato era el trabajo en las salinas, que hasta no hace mucho tiempo, desde Trapani a Marsala era muy común encontrar gente joven con terribles alteraciones en los huesos del pie y de las manos, causadas por el prolongado contacto de la piel con la sal.

Crédito de la foto: lasicilia.es

Semana Santa en San Fratello: la fiesta de los judíos


San Fratello, pueblo de origen normando, en provincia de Messina, en el corazón boscoso de los montes Nebrodi, es un pueblo extraño, en donde se habla una extraña lengua (un verdadero idioma, originado de una combinación gálica-lombarda) y en un modo, también extraño, casi carnavalesco, se recuerda la pasión de Cristo durante la celebración de la Semana Santa.
Durante la Semana Santa, en San Fratello, se realiza una fiesta original y bizarra, única en Sicilia. Mientras en las ciudades y pueblos de la isla la semana de la Pasión de Cristo es dedicada a la reflexión y a las representaciones sacras, en San Fratello, el miércoles comienza la celebración que alcanza su máximo esplendor el Viernes Santo: la fiesta de los judíos.

Esta fiesta es la representación de la alegría momentánea de los judíos por la condena y la muerte de Jesús. Los judíos llevan vistosos y vivaces trajes: casacas amarillas con arabescos, pantalones rojos o azules, calzado especial para saltar, gorro rojo y una máscara de la cual sale una horrible lengua de cuero.
Los judíos recorren las calles del pueblo agitando cadenas y sonando antiguas trompetas militares. En los tres días de fiesta, los judíos tienen libre acceso en todos lados: tocan, molestan y hacen chistes.
Las autoridades, no solo religiosas, han intentado varias veces de “volverle la razón” a los judíos, pero una fuerte tradición de 400 años siempre pudo más que los llamados de atención y la dura mirada canónica.